Residentes en La Barquita desolados por inundaciones

SANTO DOMINGO. En La Barquita, unas 2,100 viviendas quedaron anegadas como consecuencia del paso por el país de la tormenta tropical "Isaac".

En el sector, algunos rostros de desolación, otros de conformidad. Muchos actuaban ayer de forma normal; entraban a sus casas "nadando" como buzos, y se cambiaban la ropa como si el agua fuese parte de su marginada vida a orillas del río.

Mientras cientos de familias se encuentran albergadas en casas de familiares y amigos, y en los refugios que han habilitado las autoridades para tales fines, otras circundaban los alrededores aguardando alguna ayuda alimentaria y económica, esperanzados porque el Gobierno extienda "su mano amiga" y los saque de esa deplorable zona, convertida en caos desde que llueve.

Visualizadas en picada, las casas anegadas partían el alma. Como si perder los enseres del hogar y las prendas de vestir fuesen poco, residentes temen que se propaguen enfermedades y provoquen muertes. Niños jugaban pelota en medio de las aguas turbias y adultos en los techos, improvisaban una cocina.

Moradores del populoso barrio han optado por abandonar los albergues y sentarse frente a sus casas a pensar cómo rescatar algunas de sus pertenencias. Ésto, si el nivel del agua se los permite. Unas 28 familias se encuentran en las parroquias San José, La Milagrosa, y El Buen Pastor.

Álvaro Viloria, presidente de la Junta de Vecinos de La Barquita Norte, donde los residentes se transportan en una yola, aseguró que las autoridades no han enviado alimentos. Refirió que 180 viviendas han sido afectadas y varias iglesias, entre ellas la San Pablo y la Metodista Libre, fungen como refugios de unas 22 familias. Salud Pública, según informó José Merán, encargado del Plan Social, está vacunando contra el tétano.

Puente flotante

Brigadas de la Dirección de Dragas y Presas de la Marina de Guerra limpiaban ayer las aguas del río Ozama, cuyos desperdicios impiden el paso de las embarcaciones.

Nikaury Arias