Ramón Hipólito Mejía, coleccionista de artículos de Félix Sánchez

SANTO DOMINGO. El brazalete que por cuatro años utilizó Félix Sánchez (2000-2004) está en República Dominicana, en poder de Ramón Hipólito Mejía.

No recuerda por qué medio escrito se enteró, en 2004, de la subasta en eBay.com, la cual ganó. “Creo que 800 dólares”, recuerda el costo de la pulsera.

Por cuatro años, Sánchez utilizó una muñequera roja, distintivo que adquirió en los Juegos Olímpicos de Sydney, donde quedó eliminado, y prometió que no se la quitaría hasta ganar el oro en la siguiente edición, Atenas 2004. Así sucedió. Sánchez sabe que Mejía posee la muñequera.

Fue puesta en subasta por la Federación Internacional de Atletismo y Mejía, expresidente del patronato del Pabellón de Tenis de Mesa, del Parque del Este, la conserva en su hogar desde 2004.

Eso sí, “quiero dejar esto en un sitio seguro, que no se vaya a perder”, señala. Mejía, junto a su esposa, estuvo presente cuando Sánchez ganó el oro en Atenas, 2004. Más tarde en la noche, durante una cena, le pidió al medallista, “por conciencia histórica”, un ramito de la corona de olivo que en Atenas pusieron a los campeones, parte que también conserva y está dispuesta a ceder, incluso darle “un baño de plata o de oro”. El brazalete, que todavía prende, y el ramo, tienen ya 16 años, 12 en poder de Mejía.

Museo y motivación

El interés de Mejía es permitir que estas piezas puedan reposar en algún museo, pese a que son adquiridas por él. “Eso es histórico para el país (pero) ojalá haya un sitio de seguridad”, expresó.

Sobre la razón de adquirir esos símbolos históricos, lo resume así: “La vida son asuntos de pasiones. Me apasiona mi carrera, mi familia, los deportes, el de alta competición y mi país. Además esto es histórico, el primero oro del país”.

Además de esos artículos, en el hogar de Hipólito Mejía reposan también las zapatillas que Sánchez usó cuando ganó la medalla de oro de los Juegos Panamericanos, Santo Domingo, 2003.

Carlos Sánchez G.