Bartolo Colón cumple sus 43 años rodeado de admiración
HOUSTON. Nunca antes dentro del béisbol profesional de las Grandes Ligas un pelotero había podido celebrar su 43 cumpleaños envuelto en pleno triunfo, respeto y admiración, como lo ha hecho el lanzador dominicano Bartolo Colón.
El derecho quisqueyano, que lleva 19 temporadas en las Mayores, después que hizo su debut en 1997 con los Indios de Cleveland, ahora disfruta de su clase como abridor estelar de los Mets de Nueva York con los que el año pasado llegó a la Serie Mundial.
Nadie que no esté inmerso en el mundo del deporte del béisbol puede imaginarse que Colón a su edad y con el peso de más que muestra su físico (128 kilogramos) puede todavía desde el montículo dominar a los mejores bateadores que hay en las Grandes Ligas.
Lo hizo la pasada noche, horas antes de comenzar a celebrar su cumpleaños, ante los toleteros estelares de los Nacionales de Washington a los que dominó y logró su cuarta victoria en lo que va de temporada al vencer los Mets 7-1 de visitantes.
Colón, que llegó al partido con molestias en la espalda, no pudo hacer su mejor esfuerzo con el bate, algo que le había prometido al receptor estelar de los Nacionales, el venezolano Wilson Ramos, y lo cumplió, pero desde el montículo lanzó siete entradas sólidas que le hicieron merecedor del triunfo.
El lanzador natural de Altamira, provincia de Puerto Plata, en República Dominicana, no sólo tiene control desde el montículo sino que además disfruta al máximo al ver como puede retar y superar a los mejores bateadores de la liga, sin importar que algunos tienen 20 años menos que él.
“Siempre me ha encantado enfrentarme a los mejores bateadores, es algo especial”, declaró Colón sobre su trabajo en el montículo. “No me importa que me hagan contacto con la pelota, en duelo con ellos es emocionante”.
Además Colón tiene la gran virtud de ser uno de los jugadores más divertidos del béisbol, su carácter afable, de gran compañero, le hace ser muy especial dentro del vestuario de los Mets, donde todos los compañeros le profesan un gran respeto.
A sus 43 años, Colón tiene una trayectoria excepcional como lanzador después de haber conseguido el premio Cy Young, seleccionado tres veces al Juego de Estrellas y suma 222 victorias, más que ningún otro lanzador activo.
Tuvieron que pasar 14 años entre una victoria y otra en la competición de la fase final y es el lanzador de mayor edad que ha perdido un encuentro de Serie Mundial.
Colón lanzó 38 strikes seguidos en un juego y necesitó 20 lanzamientos para ponchar a Ricky Gutiérrez, lo que muestra lo excepcional que es cuando se encuentra en el montículo.
Su promedio de efectividad más baja de su carrera, 2.65, la consiguió a los 40 años y fijó una marca personal al tirar 31 entradas seguidas sin permitir anotaciones a los 42.
Desde que llegó a las mayores, Colón ha jugado con los Medias Rojas y los Medias Blancas, los dos equipos de Nueva York (Yanquis y Mets), comenzó en el frío de Cleveland y también estuvo en el calor de California al formar parte de los Angelinos y de los Atléticos.
Se ha convertido en el último pelotero de los desaparecidos Expos de Montreal que sigue en las mayores.
Si todo lo anterior es para generar admiración de lo realizado por Colón, el jugador activo más veterano de Grandes Ligas, todavía sorprendió aun más cuando en San Diego, el pasado 7 de mayo, pegó el primer jonrón como profesional contra el abridor James Shields, que lo dejó como el jugador de mayor edad en la historia de Grandes Ligas que lo consigue.
El cuadrangular tuvo tanta repercusión que generó su propia industria improvisada, desde tarjetas de béisbol especiales hasta camisetas que dicen “Bartbino”, en alusión al “Bambino” Babe Ruth, y muñecos cabezones... y con barriga.
Todos los compañeros lo consideran como el “Big Sexy” y el chico grande dentro de la organización de los Mets, donde la alegría con la que juega y lo divertido que hace la competición les ha ayudado a ser mejor equipo.
Pero Colón también ha generado muchos más titulares que los que habitualmente se dedica a un quinto abridor, y algunos no causaron ninguna gracia.
La semana pasada el New York Post reportó que estaba siendo demandado por una mujer que asegura que no le paga la manutención de dos hijos que el pelotero tuvo fuera de matrimonio.
El pelotero no habla de lo que describe como “asuntos personales” y asegura que el incidente no es una distracción.
Tampoco quiere hablar de la suspensión de 50 juegos que sufrió por haber dado positivo al consumo de esteroides, ni tampoco interesa a los aficionados ni a sus compañeros que lo consideran un gran profesional lleno de carisma y energía positiva.
Colón ha logrado aglutinar en su persona una combinación perfecta, de la edad, su corpulencia, el hecho que nada lo altera y el gran cariño que tiene de todos los compañeros, que realmente lo hace especial y único, a la hora de la verdadera identificación que tienen los compañeros y aficionados de los Mets con los que en las últimas dos temporadas ha ganado 33 partidos.
Todos los profesionales, hasta los rivales, reconocen que su evolución de ser un lanzador que comenzó con recta de más de 160 kilómetros por hora a como ha evolucionado demuestra que dentro de el hay un auténtico atleta, que además es especial y único.